lunes, 10 de diciembre de 2018

Tentación de vacío.

Tentación de vacío.

Los astronautas enloquecen porque por días o semanas.
Viven el éxtasis de flotar entre el todo, el único planeta vivo,
Y el vacío, el absoluto, inerte, pero igualmente hermoso
Y Ahora comprensible espacio de nebulosas, galaxias, estrellas y quasares
Que el Hubble les enseñó a soñar desde niños con imágenes compuestas
Que artistas y científicos hacen pasar por fotografías,
Como las instantáneas de paisajes que hacemos en las vacaciones.
Ese poblado universo, que en otra expresión igualmente evocativa y poética,
“Se aleja”, “se expande”, mientras todos “los colores se corren al rojo”,
Y al mismo tiempo como un amor imposible, se enfría.

Viven atareados y distraídos por tareas mecánicas
Girando sobre el paisaje del planeta entero,
Dando la espalda al infinito que los invitó a volar.
No es el brutal contraste del calor inmenso y el frío inclemente
Del sol o la sombra fuera de la atmósfera
Lo que les genera el insoportable Stress que reportan 
Los científicos cuando explican porque cuando regresan viven como
Zombies sus procesos cotidianos -fríos con las familias e indiferentes en sus trabajos-; y porque, como volvían al mar los antiguos marinos,
O los mercenarios a la guerra, necesitan volver a subir, a la primera oportunidad,
A flotar ingrávidos en la tensión entre las dos bellezas absolutas
De todo lo que tiene sentido y su contrario. De lo que se puede amar y lo que no.
Se hacen adictos a escuchar su respiración dentro del casco como 
El único ruido en el universo, como un niño en la obscuridad de la noche.

Cuando hacen un paseo fuera de la nave sienten la tentación de soltar.
Por eso Houston y Baikonur nunca callan, saben que la voz y la instrucción,
Son el único vínculo real que los sostiene frente a la más inevitable tentación,
Frente al mas profundo e intenso vértigo posible.
No los dejan caer en la tentación de dejar de pensar, de dejar de hacer,
No les dan un instante de reposo para mantenerlos preocupados 
Por un instrumento mecánico que depende de ellos, 
Es el un equivalente menor a “mantener los pies en la tierra”. 
Aun así, al regresar, traen adentro del cuerpo el vacío guardado 
en ese tercer espacio entre el estómago y los pulmones donde absorbemos los alimentos del alma.
Es una indescriptible saudade por la nada y el éxtasis de la belleza.

Una emoción vacía no puede combatirse.

miércoles, 14 de marzo de 2018


danza butoh



Cien mil luces en la noche que es
mi corazón.
Ideas latentes de imágenes
que son cuerpos
tibios, alguna sonrisa,
abrazos,
hueco muy grande.
Eres memoria, deseo,
tu voz, te conozco.
Devengo mi propio olvido
Sólo así eres tú.


Obscuro abandono 2
Rechazo mi condición abyecta.
Adorador inmoral
de tus silencios.
Incursor en caprichos domésticos.
Es más difícil
vivir esta muerte
de estar, ser
Sabiéndote.
Estás tú ahí




      


Donde no hay señales
es infinito.
Como estar siendo
así.
Espera, desilusión,
persistencia:
Ningún impulso,
cero respuestas,
inexistente estímulo.




Los ríos son las mentiras.
Un día
Dejan de fluir.
La vida sigue.
¿Qué queda?



todo es una mentira
que fluye.
Pero también eso
puede terminar.
Lo demás
No.
¿Eso es la verdad?








Había personas contigo.
Personas como tú
que acompañaban
que seguían
que guiaban.
Tú eras una persona.
Ya no.
No hay personas contigo.
Nada te limita.
Otra vez infinito.
¿Cómo se puede ser así?




entre ellos.
Un ruido más.
No. Me equivoqué.
Este silencio no es.




                    me ha arrojado aquí.
                    No creo en él.
                    Y no soy su invento.
No quiero morir.
No soy un suicida.
Nada se me opone.
No puedo vivir.
Acaso escucho.
No hay silencio, no hay obscuridad.
El infinito no es verdad.
De manera falsa afirmo que no estoy aquí.
Todo existe para desmentirme.
Todo está aquí
por eso no puedo.




Me apetece hablarte:
Luminosa, promisoria,
única lejos de mí.
Temo contaminarte.
Procuro toda tu alegría.
Sé lo que es falso.
Te enseño el paso:
Son cadenas y son flores.
Respeto tu libertad de cargarlas.
Han caído de mis manos
como todo lo demás.

 
Apago la luz de mi teléfono celular.
En mi cuerpo real, el de los síntomas,
El de los médicos, el dinero y los policías,
el de la noche iluminada por la televisión,
mueren los otros cuerpos,
los Gozados, los ganados y los abandonados.

Todos se fueron cuando dejé de tomar.
Cuando dejé de fumar, cuando evité olvidar.
Se fueron los cuerpos. Se fueron.
Con ellos, supongo, también yo.
Pero que bien está esa sombra entre ellos.
Que bien hace reír, que bien se hace respetar.
Que lejano, que distante. No le creo. No lo miro.
Quizás lo cargo. No lo encuentro serio.
En el punto en que coincido me divido.
Hay una experiencia simultánea
pero no me ilusiono, no me engaño.
Lo arrastro como borracho
hasta el final de la noche,
al final de todo.
En medio de la calle, de la obscuridad,
de nada. Arrastro su cuerpo de borracho.








Extasiado. Inmóvil en su dinámica.
Sobrio en su exceso, calle de doble sentido.
Habita así el espacio intermedio, el sámsara, la tierra media, Tlactipac,
duración, historia, valle de lágrimas…aquí, ahora.
Compagina por fin su ritmo con la duración del momento,
Movimiento infinito que no comienza porque en su punto de mayor velocidad
los cuerpos alcanzan el reposo. Genera la inflexión donde coinciden
las membranas expansivas de los tiempos divagantes.
Ordena el metaverso en la alineación de los umbrales:
se confunden materia, potencia y emoción: se dividen
los caminos, los mundos, los sentidos:
¿ebriedad de Khayam, el vértigo de los expuestos, mera velocidad,
sincronicidad, incertidumbre, éxtasis, mezcalina, agonía simulada,
prozac, tafil, cocaína, alcohol, metanfetaminas, simultaneidad?
La esencia adictiva, excesiva, banalidad de la sobriedad,
Lucidez intensa de lo inútil…
En el portal William Blake denuncia el silencio con que simulaban las sirenas que Kafka desenmascaró,
Morrison ríe sin música…
Vibrando en el campo de un bossom de Higgs Lewis Carroll pierde, cuando lo encuentra, al gato de Shrödinger…

…Is everybody in?